Este esturión puede tener más de 100 años.
Los biólogos capturaron y etiquetaron recientemente uno de los peces de agua dulce más grandes y antiguos jamás descubiertos en los Estados Unidos. El esturión, que mide 2,1 metros de largo y pesa alrededor de 109 kilogramos, podría tener más de 100 años. El esturión de lago (Acipenser fulvesscens) fue capturado el 22 de abril en el río Detroit en Michigan. Se necesitaron tres personas para recuperar, medir y etiquetar el pescado, que luego se devolvió al río. Jason Fisher, biólogo de la Autoridad de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Alpena (AFWCO), no podía creer lo que veía. “A medida que lo levantamos, se hizo más y más grande”, dijo. “Al final, este pez era más del doble que cualquier pescado capturado previamente en el área”. Sus dimensiones son realmente impresionantes: 2,1 m de longitud y 109 kg de peso.
El esturión de lago habita en los sistemas de agua dulce de la costa este de América del Norte. Estos peces pasan la mayor parte del tiempo en el fondo de ríos y lagos, donde se alimentan de insectos, gusanos, caracoles, crustáceos y otros pequeños peces que atrapan, absorbiendo gran cantidad de agua y sedimentos. Esto se llama alimentación por succión. Actualmente, la especie se considera en peligro de extinción en diecinueve de los veinte estados en los que se encuentra. Hasta hace dos décadas, las poblaciones de esturión estaban disminuyendo debido a la pesca comercial, que desde entonces ha sido controlada. También se han introducido límites de captura estrictos para la pesca recreativa. Estas medidas han dado sus frutos. En los últimos años, las poblaciones de esturión se han recuperado gradualmente. El río Detroit alberga actualmente una de las poblaciones más saludables del país, con más de 6.500 esturiones de lago registrados. Entre ellos hay, quizás, especímenes aún más antiguos e impresionantes. Sin embargo, estos peces aún se enfrentan a otras amenazas, como la contaminación de los ríos, las represas y las medidas de control de inundaciones que dificultan su capacidad para nadar río arriba hasta sus zonas de desove.
